A finales de los setenta un chico llamado Cline Campbell( por aquel entonces tenia 13 años) emigró de Jamaica a New York buscando un paraíso de casa blancas con jardín y vallas de madera, y se encontró con una jungla de asfalto. Después de ganarse en las canchas callejeras el apodo de Hércules, se hizo sitio en difícil mundo de los graffiti y abrevió su nombre Herc; finalmente sería los vinilios, y no el spray, lo que le haría famoso. 
DJ Hook Herc no fue el primero DJ del Bronx que comenzó a hablar encima de los discos que pinchabam cabe nombrar las incursiones vocales de Grandmaster Flowers o Pete Jones.
En palabra del crítico musical Frank Owen, estos break-beats (literalmente, ritmos-rotos) fueron el nacimiento del hip-hop.
Pero una apuñalada en 1977 en una fiesta le dejó sin ánimos de pasar del club a la grabación.
LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE KURTIS
Ajenos a todo el recuerdo que vivían los blancos en el mundo del rock, la cultura afroamericana había comenzado a finales de los setenta a sentar las bases de lo que será, a partir de entonces, una de las más sólidas expresiones.
Kurtis Blow lograría varias cosas que no conviene olvidar: además de ser el primer artista hip-hop contratado por una multinacional, vendió en 1980 un millón de copias del maxi single 'The Breakers'.
CONTRA LA PARED Will Smith , conocido para el rap como Fresh Prince, aparece en los títulos de crédito de la sitcom El principe de Bel-Air realizando un graffiti; ante la simpática reprimenda de un policía( es un serie de ficción),el protagonista disimula su acción usando el spray como desodorante. La anécdota ilustra la estrecha relación que el rap mantiene desde sus primeros pasitos con la expresión visual, gráfica y callejera que le proporcionaría una imagen fresca en todo el mundo ; ese arte era el graffiti, pilar fundamental de la cultura hip-hop. No existe otro movimiento musical tan unido a un modo gráfico de expresión; ya se comentó en este capítulo que uno de los "padres fundacionales" de esta música, DJ Kool Herc, fue antes artista de graffiti que diskjokey. 
Si el rap molestó muchos oídos, el graffiti hizo lo propio con los ojos más carcas; en diciembre de 1982, Ed Koch, alcalde de Nueva York, se gastó tres mil millones de pesetas en "proteger" el metro de la ciudad (sus vagones eran objetivos habituales de los artistas) con vallas especiales y perros guardianes.
